El abuso y castigo físico impactan el desempeño académico de los niños

Recientes estudios científicos han revelado que el castigo y abuso físico se asocia directamente a una disminución en el rendimiento cognitivo de los niños, derivando no solo en la reducción del compromiso escolar, sino que también en un mayor aislamiento entre sus pares.

Por ejemplo, Sarah Font, profesora asistente de Sociología y miembro de la facultad de Child Maltreatment Solutions Network, y Jaime Cage, profesor asistente de la Escuela de Trabajo Social de Virginia Commonwealth University, descubrieron que el rendimiento y la participación de los niños están influenciados de forma significativa cuando han sido expuestos a castigos. Sea este severo o leve.

Es que incluso si el castigo físico no resulta en una lesión física grave, los niños pueden experimentar miedo o angustia, provocando a la larga un cuadro de estrés que afectará negativamente la estructura, el desarrollo y el bienestar general del cerebro.

En esta investigación se evaluó a más de 650 niños y a quienes estaban a cargo de ellos, tomando en cuenta el castigo físico leve, severo y el abuso físico, y sus consecuencias en los resultados cognitivos, el compromiso académico y el aislarse de los demás.

"Descubrimos que aunque todas las formas de castigo físico y abuso están asociadas con disminuciones en la participación escolar, solo la exposición inicial al abuso físico tiene una influencia negativa significativa en el rendimiento cognitivo, y solo el castigo corporal severo aumenta notablemente el aislamiento entre iguales en los niños. Esto sugiere que la prevención del abuso físico podría promover el rendimiento cognitivo de los niños, pero puede no ser suficiente para lograr que los niños participen y se ajusten bien en la escuela", según Font.

Al mismo tiempo sugiere que, teniendo en cuenta que el castigo físico leve puede convertirse en abuso físico, y que incluso estos castigos leves tienen consecuencias en el funcionamiento escolar y social de los niños, la educación de los padres sobre formas alternativas de castigo puede ser una solución para prevenir el abuso físico.

Ahora, también es importante reconocer otros signos que ayuden a corroborar que el niño con bajo rendimiento académico está siendo afectado por algún tipo de castigo. De hecho, hay indicadores específicos.

• Indicadores emocionales: el niño presenta un estado de tristeza reiterado, miedo, odio, irritabilidad, sentimientos de culpabilidad, frustración, vergüenza, etc.
• Indicadores físicos: moretones repentinos o sin explicación, dolor corporal, decaimiento, heridos en distintas zonas del cuerpo, quemaduras, fracturas, etc.
• Indicadores sexuales: conocimiento sexual inadecuado para su edad o rechazo del contacto físico: no quiere recibir caricias ni besos por parte de los demás.
• Indicadores de comportamiento: trastornos del sueño, hiperactividad, regresión de conductas, aislamiento o hiperactividad.

Por supuesto, una vez que se ha reconocido que un niño está sufriendo algún tipo de castigo físico o psicológico en su hogar u entorno, es necesario tomar las medidas profesionales necesarias. Primero para que deje de ser víctima de los maltratos y segundo para que pueda comenzar su rehabilitación y con ello reinsertarse de mejor forma en el sistema escolar.

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