Mitos, leyendas y certezas sobre la eyaculación precoz

La eyaculación precoz es probablemente la disfunción sexual masculina más común a nivel mundial, sin embargo hasta el día de hoy siguen existiendo muchos puntos ciegos, confusiones e imprecisiones sobre el tema, tanto en la comunidad de expertos como en la población general.

Por esta razón en PsicologosOnline.cl decidimos indagar en algunos de los mitos, leyendas y certezas en torno a este tema que complica a tantos hombres (y sus parejas):

Certeza: la eyaculación precoz puede generar y ser causada por problemas psicológicos

No se trata de una lesión física leve o una molestia pasajera que causa una incomodidad momentánea e inocua a los demás: es evidente que la eyaculación precoz puede causar angustia personal e interpersonal significativa en el hombre que la padece y su pareja.

Asimismo, y según la American Sexual Health Association (ASHA), "tanto la eyaculación precoz como la eyaculación inhibida pueden tener una causa psicológica, como la ansiedad respecto al sexo o al desempeño sexual, o un trauma sexual".

En la misma línea, V Mark Durand y David H. Barlow consideran en su libro Essentials of Abnormal Psychology que "una perceptible falta de control sobre el orgasmo podría ser el determinante psicológico más importante de la eyaculación precoz", al tiempo que creen que, "pese a que una eyaculación prematura ocasional es normal, la eyaculación precoz consistente parece ocurrir primariamente en hombres inexpertos con menos educación sexual".

Mito: existe un tiempo estándar de duración normal del coito

La precocidad de la eyaculación, no obstante, tiene que ver más que nada con la incapacidad del hombre para retrasarla con el fin de que el goce sexual se produzca tanto para él como para su pareja.

En un artículo del portal The Conversation, Brendan Zietsch –investigador de la Universidad de Queensland (Australia)— se detiene además en un punto interesante respecto a las dificultades metodológicas para medir la duración promedio de la eyaculación:

"Hay dos problemas principales con esto: el primero es que las personas probablemente tendrán un sesgo respecto al tiempo que estiman, dado que es socialmente deseable decir que duras mucho. El segundo problema es que las personas no necesariamente saben cuánto tiempo duran. El sexo no es algo que las personas hacen normalmente mientras monitorean el reloj, y la estimación no medible del tiempo puede ser difícil durante una sesión de sexo".

Pese a esto, y con el fin de proveer más y mejores herramientas a los profesionales de la salud que reciben casos de eyaculadores precoces, un grupo de investigadores publicaron en 2014 dos artículos en las revistas científicas Sexual Medicine y Journal of Sexual Medicine en los que –entre otras cosas— establecen un límite temporal a lo que sería una eyaculación precoz permanente y una adquirida:

"Una eyaculación que siempre o casi siempre ocurre antes o durante el primer minuto de penetración vaginal desde la primera experiencia sexual (permanente) o que presenta una reducción clínicamente significativa o molesta en el tiempo de latencia, generalmente extendida hasta 3 minutos o menos (adquirida)".

Obviamente esos tiempos son sólo orientativos y se aplican cuando dichas situaciones, además de un par de otras, se dan de forma sostenida en el tiempo. Es decir,si ha ocurrido en contadas ocasiones, no calificaría como eyaculación precoz.

Leyenda: Querer durar más en la cama es un asunto meramente evolutivo

Sin desmerecer de ninguna manera el trabajo del ya mencionado Zietsch, quien es investigador de la corriente evolutiva, sí creemos que una parte de su discurso puede ser categorizado como parte de una leyenda, es decir, un relato que comienza por un hecho real, pero que es complementado por hechos casi fantasiosos.

Nos referimos a su idea que de que "todo lo que el sexo necesita lograr, aparentemente, es poner semen dentro de la vagina", como señala en el mismo artículo de The Conversation. Y continúa: "la evolución no se preocupa por la diversión per se – generalmente sólo 'diseña' cosas para que sean disfrutables si ayudan a nuestros ancestros a pasar sus genes a futuras generaciones".

Y pese a que reconoce que existe una razón más sencilla que nos lleva a practicar sexo ("¡porque es divertido hacerlo!"), también recoge hallazgos de otros estudios en los que se ha concluido que:

• La punta de la cabeza del pene expulsa parte del semen insertado en la vagina con el movimiento de dentro hacia afuera.
• En términos evolutivos, esta podría ser una acción realizada por el hombre para desplazar el posible semen de otro varón antes de eyacular, "asegurando que sus propios espermatozoides tengan mejores chances de alcanzar el óvulo primero".

El mismo investigador concluye, sin embargo, con una frase de sentido común: "Mi consejo sería que trates de no pensar sobre el tema durante el momento de pasión".

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