Los terribles 2 años: Claves para superar esta etapa

Cuando una mujer es mamá siempre recibirá dos advertencias: Las noches de insomnio de las primeras semanas y de los "terribles dos años".

Sí, porque los dos años es la edad en que los niños ya caminan solos, comienzan a explorar el mundo de una forma más independiente, articulan sus primeras palabras y quieren hacerlo todo solos: La edad del "yo".

Algunas acciones de estos dos años son las temidas pataletas, escupir la comida cuando no les gusta, la palabra "NO" es su favorita, gritan cuando algo les molesta, gritan si están felices, gritan si tienen pena…

Lo peor de esta edad es también lo mejor, porque es parte de su proceso de desarrollo, de su forma de explorar el mundo.

Los dos años es la edad en que los niños explorar, experimentan y aprenden, todo es una experiencia nueva para ellos y todo los sorprende.

También comienzan sus primeras travesuras, esas que probablemente harán que te enojes y te rías al mismo tiempo. Y sí, puede que expresen su mal genio, pero cada día será una nueva aventura para él y para ti.

¿Cómo sobrevivir a los dos años?

• Controlando tus emociones: En esta relación la adulta eres tú, no esperes que él actúe como una persona grande o que sepa lo que está haciendo o los riesgos que corre. Si en algún momento te sientes sobrepasada, busca un espacio, respira y después retomas, pero siempre recuerda que tanto tu reacción como la del niño es normal, la angustia es normal, ambos aprenden: Tú a ser mamá, él a ser un niño.
• Ayúdalo a entender lo que siente: Por ejemplo, los niños con el calor suelen ponerse más irritables. Si es el caso, entonces hazle saber que se siente cansado o más enojado porque está haciendo calor. ¿Hace pataleta porque no le compraste algo? Dile que entiendes su molestia y sabes cuánto quería ese juguete, al mismo tiempo explícale calmadamente por qué no lo puedes comprar en este momento.
• Juega: La energía de los niños a esta edad no tiene límites, así que una buena forma de compartir con ellos, de formar apego y fortalecer la confianza, es a través del juego. Hasta el estrés de un día de trabajo se va después de jugar con un hijo.
• Pon límites: Una reacción habitual de muchos padres ante una pataleta es darle lo que quieren para evitar el "escándalo" en público, las miradas de todos y los comentarios que te juzgan. Pero los niños necesitan límites, un "no" es un "no".

"Para que un niño sea feliz es fundamental que se sienta protegido. El sentimiento de protección aparece si en casa existen los límites y si los padres los mantiene de forma firme y constante", explican los psicólogos Rocío Ramos-Paul y Luis Torres.

La crianza es un proceso complejo, sobre todo cuando se es primeriza, y dentro de este aprendizaje te sentirás agobiada, cansada, insegura y dudarás de tus decisiones, pero nadie nace sabiendo cómo criar, así que sigue tu instinto y respira.

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