Renunciar puede ser un primer paso para lograr el éxito

Renunciar te puede dar más tiempo libre, más energía o más dinero para tu meta final.

26 SEP 2018 · Lectura: min.
Renunciar puede ser un primer paso para lograr el éxito

Siempre se nos ha dicho que nunca debemos rendirnos, porque "el que la sigue la consigue", "la perseverancia todo alcanza" y así un sinfín de refranes que apunta a lo mismo: Nunca renunciar. ¿Pero qué pasaría si renunciar fuera justamente la llave hacia el éxito?

Esto es juntamente lo que proponen algunos exitosos empresarios y emprendedores de Estados Unidos, como Seth Godin y Mark Manson en sus libros "The Dip: A Little Book That Teaches You When To Quit (and When to Stick)" y "The Subtle Art of Not Giving a —" respectivamente,en los que señalan que a veces dar un paso hacia atrás puede ser una "renuncia estratégica" que nos ayude a alcanzar nuestra meta.

¿Por qué? Porque eso a lo que renunciaste te puede dar más tiempo libre, más energía, más dinero, lo que se traduce en nuevas ideas, mayores recursos, más tiempo de planificación y/o reestructuración.

Godin, considerado uno de los teóricos del marketing más importantes del siglo XXI, incluso va un paso más allá y asegura que los exitosos son "derrotistas inteligentes" que supieron reconocer cuando un camino no era el indicado, cuando lo que hacían no iba en la dirección correcta, cuando las energías estaban mal distribuidas, etcétera.

Cada momento que le dediques a algo que no está funcionando, será tiempo que le estás restando a oportunidades de valor potencial. Por ejemplo, esto puede aplicarse a situaciones que van desde estar trabajando 45 horas semanales en algo que no te guste en vez de poner en marcha el emprendimiento que siempre has deseado y planificado.

"La manera correcta de ver el costo perdido es decir: 'Obtuve un regalo de mi otro yo, el viejo yo'", explicó Godin y agregó que "una vez que te das cuenta de que lo que sea que estás dejando a un lado es un regalo de tu antiguo yo, no tienes que aceptar".

La "renuncia estratégica" también tiene que ver con el aporte emocional que nos proporciona, ya que perseverar en algo que no te está beneficiando sólo hará que se sientas infeliz. También aplica a metas irrealistas, porque si me propongo bajar 10 kilos en un mes por supuesto que me hará sentir frustrada el poder lograrlo. En cambio, si replanteo mi meta a bajar 10 kilos en un año, me sentiré mucho más feliz y menos estresado al ver mensualmente que estoy avanzado.

De hecho, un estudio de la Universidad Northwestern reveló que cuando desechamos metas poco realistas y las cambiamos por objetivos alternos factibles, nos sentimos más felices y físicamente más saludables. Una gran meta se puede dividir en pequeñas submetas, por ejemplo bajar 10 kilos en un año, dividirlo en 1 kilo mensual. 

Por último, debemos recordar que cada logro que tengamos en la vida tuvo algún costo, ya sea esfuerzo, tiempo, dolor, relaciones interpersonales… A veces ese costo puede no ser tan obvio y por eso creemos que a otro "le resultó más fácil", pero todo tiene un costo de oportunidad.

Por eso, cuando estemos intentando llegar a nuestra meta y nos sintamos estancados o que el camino cada vez se hace más largo, entonces quizás es hora de evaluar y ver si debemos renunciar a algo. ¿A lo que estamos haciendo? ¿A la forma en que lo estamos haciendo?

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Revisado: Ignacio Román M.

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