Modelo de crianza de los hijos

¿Cómo estás criando a tu bebé? He aquí algunos modelos o estilos que pudieran identificarte en tu quehacer materno.

23 FEB 2016 · Lectura: min.
Modelo de crianza de los hijos

Para muchos padres, la noticia de embarazo del primer bebé les resuena casi como un milagro; sobre todo si para conseguirlo, fue un camino largo y desesperanzador; frente a esto, la familia entera se movilizará con la llegada de este nuevo ser y, quieran o no, se verán involucrados en la crianza.

Para ello, los nuevos padres adoptarán diferentes enfoques de crianza, de acuerdo al estilo de vida que lleven. Algunos buscarán consejos en sus propios padres, amigos con más experiencia, pediatra y hasta expertos en el tema. Es probable que encuentre un autor de crianza que refleje sus expectativas o que no les apoye en el estilo de crianza; sin embargo, eso no significa que estén equivocados, sino que ven las cosas de manera diferente.

Joan Raphael-Leff, psicoanalista, británica, y, especialista perinatal, a través de sus investigaciones, nos dice que algunos padres y sobre todo las madres, parecen dividirse a grandes rasgos en dos campos diferentes, donde se mueven en crianzas extremas: por un lado, algunas madres se adaptan a sus bebés y por otro, hacen que sus bebés se adapten a ellas. A estos padres los llamó Facilitadores y Reguladores respectivamente. Sin embargo, existe un gran porcentaje que cae en el medio de estos dos extremos, denominándolos Reciprocadores, siendo posiblemente la opción más sensata y psicológicamente más saludable.

Los facilitadores

Son aquellos padres que tienden a gratificar todos los deseos del bebé; con dedicación exclusiva, a tal punto de sacrificar sus propios deseos, para complacer todas las demandas y caprichos del bebé.

Una madre facilitadora recibe la maternidad como un acontecimiento gratificante y muy esperado por ella, lanzándose de lleno en el proceso, tanto así que tempranamente lleva ropa de maternidad, disfrutando de toda atención especial.

Toman contacto con el bebé desde el embarazo, sintiéndolo como parte de ella misma, motivada por la creencia que existe una comunión y comunicación especial entre ellos.

Planean un parto natural tanto como sea posible, con el deseo de minimizar cualquier trauma que pudiera ocasionar su llegada, considerando el nacimiento como un encuentro con el ser amado.

Ante la llegada del bebé, la madre opta por dejar de trabajar, buscando fusionarse con él, como queriendo volver a su estado prenatal, creyendo tener la capacidad intuitiva tan desarrollada que interpreta, dentro de ella, todas sus necesidades. Se vuelve muy sensible frente a esta crianza, donde mantiene un cordón umbilical invisible entre ambos; envolviéndose junto a él dentro de una burbuja exclusiva, donde no permite un tercero en esta relación. Se dedica a descifrar y satisfacer a su bebé por completo, amamantándolo a libre demanda día y noche, alargando el destete hasta los dos años o cuando se inicie por sí mismo.

Suele tenerlo en brazos, manteniendo una vigilancia muy cercana, tanto así que es llevado a la propia cama matrimonial, donde pospone su vida sexual, para dedicarse de lleno en sus demandas nocturnas, haciendo que el padre duerma en otra habitación.

Esta dinámica se vuelve tan sensible para ella que el dormir del bebé lo siente como si fuese una separación, añorando que se despierte para restablecer la añorada fusión prenatal, percibiendo esta crianza como la culminación de una experiencia femenina, determinada a no querer separarse de él, para unirse a su bebé simbióticamente.

Los reguladores

Opuestamente a los facilitadores, los reguladores son padres que se centran en conseguir que sus bebés se adapten a una rutina que haga la vida más predecible y estructurada para ambos.

La madre reguladora piensa la maternidad como una etapa más de la vida, tomándola como una labor exagerada que es promovida por una sociedad machista donde esperan que las madres se sumerjan en labores domésticas.

A esta madre reguladora no parece importarle separarse de su bebé, a quien supone como un extraño que irá conociendo conforme su crecimiento, por lo que el destete lo hace muy temprano.

Piensa como premisa que el neonato vaya socializándose, por lo que le introduce varias personas para que asuman la tarea, dando por errado que la madre sea la única fuente de cuidado; ya que asegura que la maternidad no es innata, sino una destreza adquirida y aprendida.

Asegura que el neonato no diferencia entre quienes lo cuidan, por ello, los cuidadores sustitutos deberán establecer una óptima regularidad: para el cumplimiento de horarios con la alimentación, baño, sueño, etc., así como también, requiere sea dejado en contenedores como cochecitos y/o mecedoras durante el día y cunita o su propio dormitorio durante la noche, de tal manera de tener un mejor control y cierta libertad, donde sentirá mayor seguridad ella y su bebé.

Es así que a la hora de alimentarlo lo hace de manera regular, dejando mamaderas suplementarias para que sean dadas en su horario. Una vez que el bebé se ha adaptado a la rutina, la proximidad de la madre reguladora hacia él no es imperativa, sin embargo, acuerda con los cuidadores, cuando el bebé llora genuinamente o cuando lo hace simplemente para molestar y si determina que es así, lo dejará llorando hasta que se canse.

En esta estructurada crianza, que se mide más en semanas que meses, la madre reguladora reportará que el bebé, a muy temprana edad, duerme toda la noche, cumpliendo con el objetivo que el bebé se adapte a la rutina de la casa. En base a eso, esta madre está más enfocada en sí misma y en lograr intereses profesionales o de otra índole; centrando su vida lejos de su bebé, ya que no se ve como un elemento central en la existencia de su hijo.

Los reciprocadores

Así como la madre facilitadora se adapta a su bebé, y la reguladora espera que el bebé lo haga, la reciprocadora pareciera ocupar un lugar intermedio entre ambos comportamientos; percibe al bebé como una persona completa y con múltiples facetas, que fluctúa entre diferentes estados de alerta que van determinando su nivel de interacción con ella, planteándole una constante negociación.

Esta madre reciprocadora involucra al padre en la crianza, considerando a su bebé como separado, extrovertido y sociable, capaz de formar relaciones y de procesar sus demandas. Lo perciben como un infante que puede compartir emociones similares con los padres, considerando que, pueden aprender a entender a su bebé y que puede ser entendido; es decir, creen en la compañía y el respeto recíproco.

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Esto es, creen que tanto las necesidades del bebé, como ellos y el resto de la familia merecen una consideración total. Esto significa que las necesidades del bebé no siempre serán prioritarias, ni que toda la familia se adapte a su ritmo. Creen en la adaptación recíproca, evaluando tanto las rutinas diarias y fluctuaciones hogareñas como el desarrollo y estado emocional del bebé.

Con frecuencia los padres reciprocadores buscan mantener a todos de igual manera en sus mentes, reconociendo potenciales errores que pudieran ocurrir y reflexionando para obtener posibles soluciones a las situaciones que los puedan ayudar a retomar su curso preferido.

Los padres, por lo general, tienen buenas razones para escoger un estilo de crianza que le haga más sentido con la vida que llevan; por ejemplo, si una mujer que ha luchado durante años con la infertilidad puede desear dedicarse totalmente a su bebé y olvidarse de sus propias necesidades, hasta que su bebé crezca; en este caso será una madre facilitadora.

Por otro lado, una mujer que tiene varios hijos y que necesita obtener ingresos, probablemente, tendrá que ser mamá reguladora.

La mayoría de los padres utilizan ambos estilos de crianza, pero el extremo de cada lado tiene sus problemas.

¿Cuáles son las consecuencias de criar hijos en estos extremos?, ¿qué hay detrás de los padres facilitadores y reguladores?, ¿cuáles son los verdaderos sentimientos que esconden ellos, con estos comportamientos extremos? ¿Por qué la madre facilitadora no quiere separarse de su bebé?, ¿por qué la madre reguladora no quiere mantener un vínculo más cercano?

Todas estas preguntas y muchas más surgen desde los extremos. Las respuestas están dentro de cada uno de estos padres que han elegido estos tipos de crianza, tapando sus verdaderos conflictos, que los llevarán en algún momento de su vida al colapso, por lo que, esperemos que más temprano que tarde este hijo, a través de alguna conducta preocupante para ellos, los lleve a buscar ayuda psicológica.

Psicóloga Adriana Soto Vega

Psicoterapeuta - Psicoanalista

on-line: vía skype, Presencial: Metro Escuela Militar

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Escrito por

Psicóloga Adriana Soto V.

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