La labor del psicólogo

Como psicólogos no nos concierne solamente la salud. Nos concierne la plenitud de la felicidad que se logra en la salud y que no se logra en la mala salud psíquica.

Para algunos, asistir a terapias psicológicas está relacionado directamente con la locura, pero qué lejos estamos de la locura cuando nuestro problema es la infelicidad.

La pregunta que cabe hacerse entonces es: ¿cómo se cura la infelicidad? Para la locura hay remedios y los entrega el psiquiatra. Se puede tomar un medicamento y cambiar la forma de actuar. Pero nuevamente: ¿cuál es el remedio para la infelicidad?

Cuando no se está pleno con lo que cotidianamente se vive, la acumulación de displacer produce en nuestro cuerpo una serie de síntomas que nos hacen sentir que nuestro cuerpo se separa de nuestra mente. Nos hace pensar que estamos entrando en el área de la locura.

Por suerte, aun la locura está muy lejos de este momento. Cuando el cuerpo genera síntomas, lo que intenta es darnos un aviso de que necesita ayuda, necesita volver a contactarse con esa mente que, por motivos de infelicidad, ha bloqueado toda posibilidad de llevar una vida plena.

Nuestra misión como psicólogos será entonces crear el puente que vuelva a conectar estas dos partes que componen a un ser humano. Su cuerpo y su mente.

Esta conexión lamentablemente no se puede hacer con medicamentos ni en un tiempo rápido. Se equivoca aquel que busca un remedio para este padecer, porque los remedios solo le quitarán los síntomas de esta separación: así como se toma paracetamol para el dolor de cabeza o cuando se está resfriado, se pueden tomar ansioliticos para bajar la angustia de esta separación. Pero ni el resfrío ni la infelicidad se tratan con remedios, se tratan con tiempo, dejando que el cuerpo luche contra el patógeno hasta que logre hacerlo desaparecer.

Entonces, si en los resfrios el patógeno es un virus, ¿en la infelicidad cuál será?

Quizás si nunca se ha podido dar el tiempo de pensar y escribir una historia sobre cuál será el papel que jugará en esta historia llamada vida, ha llegado entonces el momento de descubrir que el patógeno de la infelicidad tiene relación con la falta de conocimiento y decisión de vivir la vida en plenitud. De crear en ayuda de otro, su psicólogo, la verdadera historia de su vida, la cual una vez decidida vivirla, debemos vivirla de la forma más feliz que podamos, uniendo nuestro cuerpo y mente en una sola meta común: la felicidad.

Imagen: Shutterstock.

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