​Tu hijo y su primer día de clases: es hora de que comience a volar

La evolución ha hecho que el ser humano busque siempre la rutina. Querámoslo o no, es en lo habitual donde nos sentimos seguros. Y como buen representante de la especie homo sapiens, tu hijo también le teme a lo desconocido. Es por eso que, para muchos pequeños, el primer día de clases es un evento que puede llegar a ser muy difícil de sobrellevar.

Nuevos lugares, nueva gente, nuevas actividades y nuevas maneras de relacionarse son algunos de los desafíos que enfrenta tu retoño cuando va por primera vez a la escuela. Para que los supere con éxito, preparamos algunos consejos que puedes poner en práctica y así ayudarlo:

Habla sobre el colegio

Por ningún motivo conviertas la escuela y el primer día en ella en un día tabú. Crea seguridades en tu hijo, te lo agradecerá no solamente hoy, sino que cuando sea un adulto que necesite tomar sus propias decisiones y superar por sí solo sus desafíos. Enfatiza en lo bueno, cuéntale que lo pasará bien, que habrá más niños como él y que podrá tener muchos amigos buenos.

Visita antes el colegio

Ayuda a reducir la incertidumbre yendo días antes a su futura escuela. De esta forma el pequeño podrá ir haciéndose una idea de lo que se va a encontrar en su primer día y tendrá la oportunidad de darle más insumos a su prolífica imaginación, que de seguro estará pensando cómo se desarrollará ese ansiado primer día.

Haz que conozca a otros niños

Si tienes algún conocido o amigo de un amigo cuyo hijo vaya a ser futuro compañero de curso de tu niño, una buena idea para reducir la ansiedad es presentárselo. De esta manera el pequeño podrá tener un "cómplice" en ese crucial día.

No te olvides de la rutina

Para evitar que tu hijo despierte malhumorado el día que vaya por primera vez en su vida a la escuela, es recomendable ir acostumbrándolo a una rutina. Esto le hará menos estresante el salir de la cama y levantarse en esa crucial jornada.

El día D, llega antes

No lo tenses de más. Cuando llegue el esperado día preocúpate de llegar antes. De esa forma reducirás la tensión que pueda causar un atraso o el hecho de sentirse observado por todos en caso de llegar después de la hora. Con esto, además, estarás inculcándole buenos hábitos para su futuro. Cuando llegue la hora de separarse, hazlo con mucha alegría y déjale clarísimo que, en la tarde, lo pasarás a buscar.

Interésate por lo que hace

Cuando pases por él al final del día mantén la actitud positiva que tenías cuando se despidieron. Pregúntale con entusiasmo qué hizo, a quién conoció, qué juegos jugó y mucho más. Haz que tenga ganas de ir otro día a la escuela para que así te cuente de nuevo cómo estuvo su día.

Ya lo sabes: de ti depende que tu pequeño guarde los mejores momentos de este día clave en su desarrollo. Si sientes que luego de esta jornada necesitas ayuda, visita nuestro directorio de expertos en ansiedad.

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