Pataletas infantiles: una guía de sobrevivencia

Estamos todos de acuerdo en que tener hijos es una bendición. Sin embargo, hay cierto periodo en la vida de nuestros pequeños en que eso se nos puede llegar a olvidar. Sucede generalmente entre los dos y cuatro años de edad, cuando nuestros hijos comienzan con las tan temidas pataletas, favorecidas por el hecho de que en esta edad, su cerebro comienza a desarrollar su control de impulsos.

Se trata de episodios de rabia e ira en donde el menor protesta por algún deseo insatisfecho, algún malestar o simplemente como expresión de molestia. Esta manifestación de emociones puede tener un menor o mayor nivel de complejidad según el niño y su interlocutor: a mayor cercanía, más intenso será el berrinche, pues mientras más confianza, más libre de expresarse se sentirá el pequeño.

Para que en el futuro primen los buenos recuerdos cuando pienses en esta etapa de la vida de tus hijos, es que preparamos estos sencillos consejos que te ayudarán a disminuir y controlar las temidas pataletas:

Habla solo lo preciso

Si a nosotros como adultos nos cuesta entender a la gente complicada para hablar, imagínate a un niño que aún no ha recorrido tu camino. Háblale claro y en corto, órdenes simples y precisas le serán más fáciles de procesar que una comunicación más intrincada. Si quieres que hagan algo en determinado plazo, como por ejemplo al terminar de jugar, deberás tener claro que cuando termine, lo más probable es que lo haya olvidado, por lo que deberás reforzárselo sin ser insistente.

Una buena idea para evitar la frustración es esconder la orden con algo más lúdico. Así por ejemplo, será más entendible para el niño decirle "cantemos la canción del orden" en vez de pedirle simplemente que ordene sus juguetes.

Mantén su atención

Los niños están recién descubriendo el mundo, por lo que cualquier estímulo los hará distraerse. Cuando quieres comunicarles algo importante, es recomendable neutralizar ciertos focos de distracción. No: no puedes vaciar su pieza, lo que sí puedes hacer es elegir un lugar un poco más "neutro" dentro de tu casa para darle comunicaciones importantes, entre las que se pueden encontrar órdenes o reprimendas.

Otro buen truco para lograr su atención es simple: diles que les contarás un secreto. Al final de todo, no somos tan distintos.

Los castigos deben ser inmediatos

Para un niño el día es muchísimo más largo que para un adulto. Si lo vas a corregir, esta reprimenda debe ser lo más pronto posible después de la actitud que quieres que mejore. Si lo castigas en la noche por algo que hizo en la mañana, difícilmente le hará sentido, y podrá transformarse en el foco de una posible próxima pataleta.

También tienes que poner atención a su lenguaje no verbal y elegir el momento correcto: un pequeño con los brazos cruzados denota tensión. Una buena idea es dejar un tiempo para que se relaje. Luego de esto, para asegurarnos que el menor entendió correctamente el mensaje que le quisimos transmitir, una buena idea es, en vez de preguntarle si entendió, consultar qué fue lo que entendió.

Controla los videojuegos

Si bien nos ayudan a canalizar las tremendas energías del pequeño, un estudio de la Universidad de Oxford demostró que los niños que juegan más de 3 horas de videojuegos al día son más propensos a desarrollar hiperactividad, a mostrar poco interés en la escuela y a verse envueltos en peleas con otros menores. Da lo mismo el tipo de juego, controla el tiempo que pasa en ellos y recuerda: una tablet o tu celular es lo mismo que una consola para ellos.

Esta guía te ayudará a alivianar la dura tarea de la crianza, pero no eliminará por completo las pataletas. Después de todo, son propias de la edad. Si quieres saber más sobre el tema, contacta a uno de los psicólogos expertos en terapia infanto-juvenil.

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