Padres, factor clave para recuperación de hijos con bulimia

Pese a las ideas instauradas en los círculos de psiquiatras y psicólogos, la participación de los padres en el tratamiento de sus hijos adolescentes resulta fundamental.

21 MAR 2016 · Lectura: min.
Algunos derechos reservados. Autor en Flickr: Christy McKenna.

Un hallazgo científico podría salvar la vida de cientos, e incluso miles, de adolescentes que sufren bulimia nerviosa.

¿De qué se trata? Es una investigación liderada por los académicos Daniel Le Grange (UCSF) y James Lock (Universidad de Stanford), quienes comprobaron que involucrar a los padres en el tratamiento de sus hijos adolescentes con bulimia nerviosa es más efectivo que las terapias individuales destinadas sólo a los pacientes que la padecen.

En este sentido, uno de los puntos más trascendentales de este estudio es que la opción de la terapia individual (sin la presencia o implicación directa de los padres) es la que está más arraigada y difundida en la comunidad de profesionales de la salud mental. Por tanto, los hallazgos de Le Grange y Lock podrían significar una reconsideración de los métodos hasta ahora utilizados.

En palabras de Le Grange:

"Este estudio muestra que definitivamente el compromiso parental es imperativo para un resultado exitoso de los adolescentes con bulimia nerviosa. Esto va en contra de la capacitación que los médicos reciben en psiquiatría, la cual enseña que los padres son en parte responsables de la bulimia, y por tanto deben ser omitidos del tratamiento".

Comparación de dos tipos de terapia

La información, publicada en noviembre pasado en el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, comparó la eficacia de dos tipos de tratamiento: la terapia cognitivo-conductual y la terapia familiar.

La primera se enfocó en el paciente individual, trabajando en habilidades que ayudan a los adolescentes a comprenderse a sí mismos de mejor manera y entender los pensamientos irracionales que están causando ese desorden alimenticio. Al reconocer y enfrentar esos pensamientos, los pacientes pueden cambiar su comportamiento y, a partir de allí, es posible lograr una sanación.

La segunda terapia, en cambio, trabaja con los padres para comprender la severidad del desorden y para aprender en conjunto cuál es la mejor forma de apoyar a sus hijos de manera diaria con el fin de mantenerlos sanos y fomentar hábitos saludables.

En total participaron 130 adolescentes de entre 12 y 18 años diagnosticados con bulimia nerviosa. De forma aleatoria fueron divididos para someterse a una de las dos terapias, los cuales incluyeron 18 sesiones ambulatorias, con un seguimiento a los 6 y a los 12 meses.

Algunos de los principales hallazgos:

Al final del tratamiento inicial…

  • El 39% de los participantes de la terapia familiar evitó conductas bulímicas.
  • El 20% de los participantes de la terapia cognitivo-conductual evitó conductas bulímicas.

En el seguimiento de los primeros seis meses…

  • El 44% de los adolescentes que hizo terapia familiar se alejó de su desorden alimenticio.
  • El 25% de los adolescentes que hizo terapia cognitivo-conductual se recuperó.

En el seguimiento de los primeros doce meses…

  • El 49% de los "participantes familiares" tuvo éxito en su recuperación.
  • El 32% de los "participantes cognitivo-conductuales" logró recuperarse.

¿Cómo lo interpreta Le Grange?

"Estos hallazgos son bastante claros. La terapia basada en la familia es el tratamiento a elegir para adolescentes con bulimia nerviosa, ya que funciona más rápidamente y mantiene su impacto a lo largo del tiempo. La terapia cognitivo-conductual puede ser una alternativa útil si la familiar no estuviera disponible, pero necesitamos reconocer que no funciona tan rápido y que toma tiempo ponerse al día".

La bulimia como enfermedad silente

La bulimia se manifiesta a través de episodios recurrentes en que las personas (sobre todo adolescentes) comen en demasía y de forma descontrolada. Estos episodios son seguidos de comportamientos compensatorios que apuntan a evitar la subida de peso, tales como vómitos auto-inducidos, abuso de laxantes o diuréticos, ayunos o ejercitación muy intensa.

Debido a que la naturaleza de la bulimia es tan secreta y la mayoría de los adolescentes bulímicos mantiene un peso dentro de los parámetros normales, muchos de ellos viven con el desorden por años antes de que sus padres noten los signos. Sin embargo, cada vez que vomitan, están poniendo en grave riesgo su salud, al generar un desbalance de electrolitos, posibles arritmias cardíacas e incluso muertes prematuras.

¿Crees sufrir de bulimia?, ¿Sospechas que alguna amiga, amigo o tu propio hijo es bulímica/o? Envía un mensaje a alguno de estos profesionales de la salud mental con experiencia en casos de bulimia.

También puedes dejar tu pregunta de manera pública en nuestro Consultorio Online.

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