Meditación comunitaria, una práctica para mejorar el bienestar emocional

"Meditar es un acto humano natural", dice Alfredo Molina, psicólogo de la Universidad de Chile y autor del libro recientemente lanzado Sati, Meditación en Acción (Cuarto Propio, 2015). Y los principales objetivos de dicha práctica consisten en desarrollar y consolidar la habilidad de tomar consciencia respecto de nosotros mismos, así como de auto-regular nuestros estados emocionales.

Pero si se trata de una práctica tan inherente a nuestra especie, ¿por qué no se practica de manera masiva? Lo que sucede es que quizás sí lo hacemos, explica Molina, pero no utilizamos ese nombre necesariamente para denominar esos momentos que vivimos en nuestras vidas desde la temprana infancia hasta avanzada edad.

Es de esta manera que el factor de comunidad resulta clave. En uno de los capítulos de su libro, el psicólogo realiza una breve explicación sobre prácticas que actualmente incorporan el tema comunitario:

"Una forma interesante de construir bienestar social la constituyen las meditaciones sincrónicas".

¿Cómo funcionan? Los participantes, que pueden estar ubicados en distintos lugares del país o del mundo, coordinan un día y hora para practicar la meditación, la cual suele coincidir con eventos planetarios o cósmicos como los solsticios, equinoccios o, tal como se hizo hace un tiempo, con el Día Internacional de la Felicidad.

Otra opción es la meditación urbana:

"Son un regalo para la ciudad, una forma distinta de habitar nuestras ciudades. Meditar en una calle ruidosa o en algún edificio abandonado es muy especial, es totalmente contra-intuitivo, pero muy poderoso".

Así es como estas prácticas permiten, entre otras cosas, salir del individualismo y el egocentrismo cotidiano y, en cambio, nos pueden acercar a tener una mejor convivencia y fraternidad con nuestros pares, cuestión muy ligada al mundo de la psicología comunitaria.

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"Afortunadamente, en las nuevas generaciones de psicólogos y psiquiatras hay mayor consciencia respecto del valor social de la salud mental y, también, una mayor audacia para atreverse a explorar estrategias innovadoras que integran meditación, arte-terapia, trabajo corporal y otras terapias complementarias", reflexiona el profesional.

En este sentido, Molina considera que los barrios, las organizaciones sociales y la comunidad en general cumplen un rol muy importante para lograr que dichas innovaciones en el ámbito de la salud mental se realicen en un marco adecuado para la prevención y tratamiento de quienes participen en ellas.

Lo anterior cobra especial relevancia debido al estado de la salud mental en nuestro país: "la meditación puede convertirse en una estrategia efectiva para acceder a mejores niveles de bienestar y salud" en Chile.

¿Por qué? Simplemente porque meditar permite:

• Cultivar actitudes positivas.
• Serenar nuestras ansiedades y temores.
• Moderar nuestra hostilidad interior y exterior.
• Desarrollar la auto-aceptación y el auto-cuidado.

De esta manera, el nuevo libro de Alfredo Molina busca poner a disposición de un público más amplio los beneficios de la meditación, tal como se realiza en MeditaChile, una iniciativa ciudadana dedicada a promover la meditación como una práctica social inclusiva que permite generar cambios a nivel comunitario y personal.

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