La importancia de desahogarnos
Ten siempre presente que una lágrima es mucho más valiosa que una falsa sonrisa.
Muchos creen que llorar es un signo de debilidad o que contar sus problemas los dejará de dramáticos, entonces prefieren mantener una actitud neutra donde no se quejan, no dicen lo que sienten, no lloran. Pero cuidado, porque toda emoción contenida termina siendo una bomba de tiempo.
Cuando no nos desahogamos nos enfermamos, es así de simple. Nuestra salud -tanto física como mental- sufre las repercusiones toda nuestra contención emocional, lo que se manifiesta a través de depresiones, ataques de pánico, úlceras, enfermedades cardiovasculares y un sinfín de patologías más.
Las emociones son energía y por lo tanto deben ser liberadas, sobre todo cuando son negativas, pues esa negatividad se acumula en nuestro cuerpo y nos hace daño.
Sin embargo, ese desahogo debe ser canalizado. Darle un golpe a alguien o gritarle no es un desahogarse, al contrario, esa es una reacción de agresividad producto de no haber hablado y expresado las emociones a tiempo.
¿Por qué nos contenemos? Porque muchos tienen la creencia de que no es bien visto manifestar rabia, no es bien visto llorar, no es bien visto manifestar frustración… incluso hay algunos que sienten la presión de mostrarse siempre bien, felices y resueltos. De hecho, la respuesta innata cuando nos preguntan cómo estamos es "estoy bien".
Pero reprimir, contener, guardar nunca será la mejor opción. Al contrario, reconocer que se está mal, triste, dolido y frustrado tienen enormes ventajas:
- Liberamos esa energía negativa que nos come por dentro: El no desahogarnos y el no hablar las cosas a su tiempo hace que tarde o temprano terminemos explotando y eso sólo causará daño.
- Nos volvemos más transparentes y nos sacamos un peso de encima: En mundo donde todos pareciera que tiene que ser perfecto, la transparencia es valorada. Decir lo que se siente nos permite descansar, sentir alivio.
- Somos más comprendidos: Más de alguna vez hemos dicho sobre otra persona "es un amargado", "le gusta aislarse", "anda con la maña" y lo decimos porque no sabemos en realidad qué está pasando esa persona. Si lo supiéramos, entenderíamos o seríamos más empáticos.
- Recibimos afecto, contención, cariño: Un abrazo, unas palabras de consuelo, un consejo, un beso siempre, siempre viene bien. Nos fortalece, nos llena de energía, nos hace sentir que no estamos solos.
- Nos volvemos honestos, sinceros: ¿Por qué fingir que todo está bien? ¿Qué ganamos? Absolutamente nada, sólo dañarnos.
- Cuidamos nuestra salud física y mental: Al desahogarnos impedimos que nuestro cuerpo se contamine de negatividad y que nos enfermemos. Nuestra mente y cuerpo se mantienen sanos, pues echamos afuera todo lo malo.
¿Con quién hablar?
Puede ser un familiar, un amigo, nuestra pareja, alguien con el que sintamos la confianza de abrirnos y desahogarnos. Incluso eso ayudará a mejorar tus relaciones interpersonales.
También acudir a un psicólogo es una excelente opción, porque además es un profesional que sabrá cómo potenciar nuestro bienestar emocional, nos podrá ayudar a ordenar nuestras emociones y entenderlas.
Ante todo, desahógate y habla. Ten siempre presente que una lágrima es mucho más valiosa que una falsa sonrisa.
Las informaciones publicadas por Psicologosonline.cl no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psicologosonline.cl no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
¿Quieres seguir leyendo?
¡Muy fácil! Accede gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.
Al continuar con Google, aceptas nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos
Ya tengo una cuenta. Iniciar sesión.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD