De Carl Jung, el inconsciente, la libido y los arquetipos

Cuando se revisa bibliografía sobre la psicología junguiana y sobre Carl Jung, aparece casi inequívocamente otra persona –ya convertida en personaje a esta altura— de alto interés en el ámbito psicológico: Sigmund Freud.

¿Por qué? Porque para comprender a Jung es necesario conocer al menos en parte el ámbito freudiano. Se trata de una unión transversal entre ambos pensadores que posee puntos en común, o por lo bajo semejantes, en diversos momentos de sus obras. Fueron colegas de la Asociación Psicoanalítica Internacional a partir de 1910 y ese lazo es indiscutible, pese a que sus caminos divergieron posteriormente.

Pero para entender la importancia de la obra de Carl Jung también es posible iniciar el recorrido desde tres conceptos clave: el inconsciente, la libido y los arquetipos. Y eso es lo que haremos a continuación en PsicologosOnline.cl:

Jung y el inconsciente

Si bien Carl Jung coincide tanto con Freud como con Erikson respecto a la idea de que la psique está compuesta por distintos sistemas separados que interactúan entre sí, hay que decir que las concordancias llegan sólo hasta allí.

Desde la perspectiva junguiana existen como sistemas:

• El ego. Comprende los pensamientos, recuerdos y emociones de las que una persona está al tanto. Este sistema sería también responsable de los sentimientos de identidad y de continuidad.
• Elinconsciente personal. Ésta sería la primera dimensión del inconsciente y consistiría en un equivalente a la versión del inconsciente de Freud. Se trataría, por tanto, de un sistema que abarca toda la información temporalmente olvidada, los recuerdos reprimidos y los complejos. En este sentido, otra diferencia notable entre Jung y Freud es que el primero da menor preponderancia a las experiencias reprimidas de la infancia, enfatizando en cambio temas como las aspiraciones y el futuro como factor influyente en el comportamiento
• El inconsciente colectivo. También conocido como inconsciente transpersonal, se trata del elemento que separa más las aguas entre Sigmund y Carl: desde el punto de vista junguiano se trata de un nivel compartido por miembros de las especies humanas que aúna recuerdos latentes de un pasado común, ancestral y evolutivo. Se trata, por cierto, de la contribución más original y controvertida hecha a la teoría de la personalidad.

Jung y la libido

La definición de libido fue otro punto de discordancia entre Freud y Jung: mientras el primero la consideraba una fuente de energía psíquica específica para la gratificación sexual, el segundo creía que se trataba de una fuente general de energía psíquica –y no sólo de índole sexual— que motiva una variedad de comportamientos, incluidos aspectos como la espiritualidad, el intelecto y la creatividad.

Desde la perspectiva de Jung, esta energía psíquica también sería el punto de partida que permite a las personas buscar placer y reducir el conflicto en diversas circunstancias.

Jung y los arquetipos

Otro rasgo característico de la psicología junguiana, también conocida como psicología profunda, psicología analítica o psicología de los complejos, son los arquetipos. Éstos consisten en imágenes y pensamientos que poseen significados universales a través de las culturas, según Jung.

Los arquetipos, por tanto, pueden aparecer tanto en sueños como en la literatura, en referencias religiosas e incluso en expresiones artísticas, y serían la base de la psique humana.

De acuerdo al psicólogo suizo, los arquetipos serían múltiples, pero los que han alcanzado un mayor desarrollo son concretamente cinco:

• La "persona" (o máscara). Es la cara exterior que presentamos al mundo y que resguarda nuestro ser real. Tal como lo hace un actor en una obra de teatro, se trataría de la faceta o rol público que una persona muestra a los demás como alguien diferente a lo que realmente es. Jung lo describe como el arquetipo de la conformidad.
• El ánima y el ánimus. Es la imagen espejo de nuestro sexo biológico: el lado femenino inconsciente en los hombres y las tendencias masculinas en las mujeres. La psiquis de una mujer contiene aspectos masculinos (el arquetipo de ánimus) y la psiquis del hombre contiene aspectos femeninos (el archetipo de ánima), lo que se explica por nuestro pasado ancestral común de convivencia.
• La sombra. Define el lado animal de nuestra personalidad que contiene tanto las energías creativas como las destructivas.
• El "sí mismo". Este arquetipo, según el psiquiatra, provee un sentido de unidad en la experiencia, puesto que el fin último de cada individuo es alcanzar un estado de individualidad desde una perspectiva más bien humanista.

Las conclusiones de Carl Jung por supuesto son mucho más extensas y complejas que las explicadas aquí, ahondando incluso en los problemas de la vida moderna y en otro tipo de cuestionamientos sobre nuestra civilización occidental en oposición a la oriental o la de culturas más primitivas.

Todo esto, vale la pena mencionar, no sólo ha quedado en ocasiones en segundo plano respecto a los planteamientos de Sigmund Freud, sino que además ha sido fuertemente cuestionado desde el punto de vista de su validez científica y el aporte que realiza al conocimiento psicológico.

Pese a esto, es evidente que la influencia de Carl Gustav Jung sigue siendo de relevancia en diversos campos de estudio vinculados al entendimiento de la mente y del comportamiento humano.

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