Conoce las fases y los 8 tipos de duelo

Las personas viven sus duelos de distintas maneras, sin embargo, algunas pueden ser poco saludables emocionalmente.

25 OCT 2018 · Lectura: min.
Conoce las fases y los 8 tipos de duelo

El duelo es uno de los momentos más difíciles que enfrenta una persona en la vida y no hablamos sólo del duelo que vienes tras la muerte de un ser querido, sino que también del que se produce después de un quiebre amoroso o de un despido laboral.

En este artículo hablaremos sobre las fases del duelo, los tipos de pérdida y los tipos de duelo, pues muchas veces las personas atraviesan momento difíciles y no se percatan de que lo que están enfrentando es precisamente un duelo, así que, atento/a a la siguiente información.

Fases del duelo

El mundo de la psicología desde siempre ha investigado el proceso de duelo y, en torno a estos estudios, han surgido algunas teorías sobre las etapas del duelo. Una de éstas es la de psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross quien en su libro On death and dying (1969) expuso que el duelo tiene cinco etapas:

  • Negación: La persona no acepta la realidad. Se trata más bien de un mecanismo de defensa –muchas veces inconsciente- que reduce los niveles de ansiedad. El problema está en que nadie se puede pasar toda la vida ignorando la realidad.
  • Ira: Se siente cólera por lo sucedido y se tratan de buscar culpables, ya sea uno mismo o a otros.
  • Negociación: Se trata de reducir el dolor, sin embargo, rara vez la negociación proporciona una solución que se sostenga en el tiempo. Por ejemplo, decir “¿sigamos como amigos?” luego de una ruptura amorosa.
  • Depresión: Se siente una tristeza profunda por la pérdida. La persona se puede sentir triste, tener problemas para enfrentar el día a día, no conciliar el sueño, entre otros síntomas.
  • Aceptación: No se trata de sentir felicidad ni de entender lo que pasó, pero sí aceptarlo. Es el primer paso para comenzar una recuperación emocional.

Por otra parte, también podemos encontrar los tipos de pérdidas, pues el duelo no se produce exclusivamente por la muerte de un ser querido, sino que también se genera por otras causas, tales como:

  • Pérdidas relacionales: Es cuando se pierde a una persona, ya sea por su muerte o por una separación amorosa.
  • Pérdidas de capacidades: Es cuando se pierda alguna capacidad física, por ejemplo, una invalidez.
  • Pérdidas materiales: Es cuando se pierde algo material que es importante y significativo, por ejemplo, perder la casa en un incendio.
  • Pérdidas evolutivas: Son los cambios de etapa de la vida, como la vejez, la jubilación, etcétera.

Tipos de duelo

  • Duelo anticipado: Se da antes de que haya ocurrido, por ejemplo, cuando a una persona se le diagnostica de una enfermedad terminal.
  • Duelo sin resolver: Es cuando la pérdida no se supera aun cuando han pasado más de 18 y 24 meses. La tristeza, desolación y angustia siguen presentes como en los primeros días.
  • Duelo crónico: Es una forma de duelo sin resolver, pero acá la persona puede pasarse la vida entera recordando cada detalle de la pérdida, es decir, revive aquel episodio doloroso una y otra vez, por lo que también se le llama duelo patológico.
  • Duelo ausente: Es cuando la persona permanece estancada en la etapa de negación.
  • Duelo retardado: Es cuando las personas controlan sus emociones en forma excesiva, pues sienten el deber de ser fuertes por otros. Esto genera que el duelo se dé después de un tiempo y no inmediatamente después de la pérdida.
  • Duelo inhibido: Se da en personas que tienen problemas para expresar sus sentimientos. A diferencia del duelo ausente, no es un mecanismo de defensa, sino que la persona tiene dificultades para expresar su duelo.
  • Duelo desautorizado: Es cuando el entorno de la persona no acepta el duelo de ésta. Por ejemplo, cuando la familia le reprocha a el o la doliente que siga su duelo. También se da este tipo de duelo en personas que no son aceptadas socialmente por los más cercanos, como la amante por ejemplo.
  • Duelo distorsionado: Es cuando una persona ya ha sufrido un duelo y el revivir un nuevo duelo hace que éste surja de forma desproporcionada. Por ejemplo, haber sufrido la muerte de un padre y después -ante la muerte de un familiar lejano- se revive ese dolor y se comienza nuevamente un duelo.

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