Cinco hábitos para deshacerse y conseguir mayor salud mental

Psicoterapia. El cambio en el camino psicológico. Cinco hábitos para deshacerse y conseguir mayor salud mental.

16 AGO 2021 · Lectura: min.
Cinco hábitos para deshacerse y conseguir mayor salud mental

Cinco hábitos para deshacerse y conseguir mayor salud mental:

  1. Estar siempre enojado
  2. Tener miedo de cambiar
  3. Vivir en el pasado
  4. Preocuparse mucho
  5. Subestimarse

La psicoterapia conduce al cambio. Pero, ¿qué significa cambiar? ¿Eliminar pensamientos y emociones "negativos"? ¿Convertirse en otra persona? No. Cambiar significa cambiar la forma en que eres contigo mismo.

Por lo general, un camino psicológico se inicia impulsado por malestar, síntomas, ansiedades, depresión. Casi siempre estas diferentes manifestaciones de sufrimiento psicológico son el resultado de una crisis evolutiva. Las crisis que atravesamos tienen sentido. Son momentos de transición de una fase a otra en la vida y el sufrimiento psicológico sirve para empujarnos hacia un equilibrio más avanzado, para evolucionar. Cuando el miedo al cambio nos impide afrontar la crisis, nos quedamos estancados entre lo viejo y lo nuevo. Entonces surge una exasperada solicitud de cambio, un sufrimiento adicional que empeora las cosas.

El trabajo psicológico ayuda al cambio. No significa que tengas que convertirte en otra persona. Lo que cambia es la relación que tenemos con nosotros mismos.

Cambiar significa liberar recursos que han quedado atascados en experiencias pasadas: necesidades, habilidades, alegrías que, de alguna manera, eran "peligrosas" en la infancia. No es fácil "liberarlos" a pesar de que ya no son peligrosos. Estos miedos son profundos e inconscientes. No hablan el lenguaje de la razón. Además, si se liberan sin precauciones, pueden causar daños ya que no están acostumbrados a la nueva realidad adulta.

Un pequeño ejemplo: si de niño aprendí de alguna manera que es peligroso "dar mi opinión", ahora, al soltar esta cosa hermosa, me arriesgo a que se exprese de una manera impulsiva e infantil, solo para sentirme fuera de lugar y revertir. Así que tendré que "rehabilitar" esa pequeña necesidad y aprender a "dar mi opinión" al lidiar con la situación real.

El primer cambio debe ser interior. Estamos llenos de seres vivos que interactúan entre sí. El término técnico que describe este perenne diálogo interno es psicodinámica. Cambiar no significa eliminar partes de uno mismo que producen experiencias incómodas (miedos, tristeza, enfado,….). Significa favorecer una convivencia más armónica con ellas. Básicamente significa aprender a dirigirnos a nosotros mismos, como un capitán en su barco. Debemos aprender a identificar nuestros diferentes aspectos e instancias y luego a escucharlos sin juicios ni prejuicios y luego a tomar decisiones que respeten y apoyen a ambos lados del conflicto.

Una representación gráfica que sugiere la sensación de  cambio que permite un camino

Un estímulo externo o una necesidad propia requiere acciones y decisiones. Inmediatamente se activa un diálogo interno en nuestra asamblea permanente de pensamientos y emociones. Simplificando mucho podemos decir que tenemos pensamientos y emociones históricas (creencias maduras en la infancia y emociones relacionadas) y pensamientos y emociones actuales (pensados y sentidos consciente y "objetivamente"). Estos diferentes puntos de vista entran en conflicto. El resultado es un comportamiento confuso, insatisfactorio y ambivalente.

Primer ejemplo

Hay una situación externa en la que se dice algo con lo que no estoy de acuerdo. Por dentro tengo una sana necesidad natural que quiere expresar su oposición. Las viejas creencias tiemblan: "¡noo! Pueden enfadarse" - "ya no te amarán" - "sufrirán", desencadenando miedos o culpa. Los pensamientos actuales saben muy bien que la realidad no es tan dramática, y quizás hay una tristeza ante la idea de renunciar a la palabra. Entonces se abre un conflicto que, no resuelto, genera comportamientos incongruentes. Quizás tengo mi opinión, pero sin convicción o sin asegurarme de que no me escuchen, o me callo y luego me siento mal o me pongo a gritar.

Los pensamientos y emociones históricas son mucho más profundos e intensos que los actuales. A menudo están inconscientes y sin habla, por lo que la "razón" de los pensamientos actuales falla.

El crecimiento psicológico, el cambio al que apunta un camino, es básicamente la construcción de un gobierno iluminado que gestiona nuestra asamblea permanente de pensamientos y emociones antes de actuar.

Un camino tiene como objetivo ejercitar pensamientos y emociones actuales. Apunta, digamos, a la autoconciencia de este aspecto de nosotros. Ejercer un desapego que permita observar, aceptar sin juzgar los aspectos históricos y hacerse cargo de ellos. De la misma forma se ocupa de las necesidades saludables que conviene liberar. Aprendes a adoptar una posición súper partes con respecto a tus propias cosas. En lugar de entrar en conflicto con los antiguos impedimentos, aprende a comprenderlos, tranquilizarlos, apoyarlos mientras permite gradualmente experiencias graduales de liberación. Aprendes a respetarte a ti mismo como padre adoptivo que tiene que empezar de cero para llegar a conocerse y ser conocido.

Segundo ejemplo

En el mismo ejemplo anterior, la razonabilidad o el padre adoptivo queda fuera del conflicto: escucha con respeto y comprensión los viejos miedos, toma nota de la necesidad de opinar y propone compromisos, pequeñas experiencias. Por un lado los viejos miedos pueden tranquilizarse gradualmente, por otro lado se practica la necesidad de expresarse para adecuarse a la realidad actual. Entonces, tal vez también pueda comenzar simplemente identificando lo que quiero decir sin decirlo, pero apreciándolo. Luego, permitiéndose observar cómo los demás tienen su opinión sin que ocurra nada. Luego decir algo que no sea "peligroso", etc.

Lo que importa es que en este proceso crece el sentido de autoaceptación, de inclusión, de confianza. Los pensamientos y las emociones históricas se relajan, se atenúan, contribuyen. Los pensamientos y emociones actuales, o los padres adoptivos, si lo prefieres, tienen más energía y espacios para la toma de decisiones.

No es fácil y lleva tiempo, pero se puede hacer.

BIBLIOGRAFÍA

"Giocando con la sabbia". F. Montecchi. Editore FrancoAngeli

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Escrito por

Paulina García Varela

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