Aprende a reconocer el comportamiento pasivo-agresivo

El comportamiento pasivo-agresivo es más común de lo que se cree y puede afectar a amigos, familiares, compañeros de trabajo e incluso la vida sentimental, sobre todo cuando las reacciones típicas de quienes padecen esta condición se vuelven más frecuentes. ¿Cómo reconocerlos?

Una de las principales cualidades que caracteriza a una persona con comportamiento pasivo-agresivo es que es incapaz de verbalizar su ira. Por esto, en lugar de explicar lo que le está sucediendo o lo que le molesta, prefiere dejar de hablar.

Es posible que incluso por miedo y orgullo pretenda que el conflicto no existe e intente negarlo si es que el otro lo nota.

Este silencio no significa que estas personas no necesiten la ayuda de otros. Al contrario, suelen ser bastante dependientes y en busca de afecto pero, al mismo tiempo, tienen menos muestras de empatía hacia los demás.

Con las personas de comportamiento pasivo-agresivo por lo general no hay enfrentamientos ni conflictos, pues cuando algo les molesta evitan escuchar a los demás y se cierran, aunque también pueden llegar a hacerse las víctimas, pues para ellos es más fácil acusar maltratos o injusticias que asumir una responsabilidad.

Por otra parte, la falta de autocrítica de estas personas los lleva a pensar que siempre tienen la razón y que los otros son los culpables, pues suelen pensar en sus propios sentimientos. De ahí lo que ya hemos mencionado: la falta de empatía.

Es común que sus respuestas sean ambiguas, poco precisas y que evadan el sí y el no. También suele ser común en ellos que hagan cumplidos y lancen un ataque al mismo tiempo. Por ejemplo, "¡qué linda estás!, ¡ni parece que fueras tú!".

Otro comportamiento recurrente es que cuando una trata de hablar con ellos para arreglar el conflicto o entender la situación, ellos responden desde la negación. Es decir, pueden señalar un "no estoy enojado" o "estaba bromeando", y desconozcan por completo la situación que les molestó.

Suelen ser personas poco comprometidas, impuntuales, olvidadizas y que siempre tienen una excusa para justificar cada una de sus irresponsabilidades. Además dejan metas o planes a medio termina y recurren a la mentira para explicar el por qué desistieron.

También se les puede ver constantemente haciendo gestos de desagrado, de molestia y disconformidad. Pero rápidamente disfrazas estas actitudes con sonrisas.

¿Cómo puede una persona enfrentar un comportamiento pasivo-agresivo

En primer lugar, es imprescindible que sean capaces de reconocer este comportamiento en sí mismos y en los demás. Segundo, tomar distancia y tratar de no pensar que se está siendo atacado.

Una vez que la situación se relaje, es importante ser capaz de hablar de lo que sucedió y buscar soluciones.

No obstante, si no es capaz de lograr ninguna de estas acciones, lo mejor es que se solicite la ayuda de un psicólogo, pues éste ayudará al paciente a aprender a reconocer sus emociones, manejarlas, expresarlas y superarlas.

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