7 verdades científicas sobre la amistad

¿Qué es un amigo? Pregunta difícil de responder, sobre todo cuando pasa el tiempo y nos volvemos adultos, dejamos de tener tanto tiempo libre y se acumulan decenas o cientos de historias –buenas y malas— con esa otra persona. ¿Qué es un buen amigo? Pregunta incluso más compleja y que depende mucho del criterio personal, de nuestras experiencias anteriores y de nuestras expectativas.

Pero basta de incertidumbres y vamos con algunas certezas. Siete para ser exactos: a continuación encontrarás verdades científicas y psicológicas sobre el concepto de amistad y el hecho de hacer y ser amigos.

1. Lo que la comida une, que no lo separe el hombre

Comencemos con un dato liviano: ¿quieres entablar una relación de amistad con alguien? Logra que coman juntos. Según una investigación reciente hecha por la Society of Consumer Psychology, consumir comida similar promueve la confianza entre extraños.

Aunque el enfoque del estudio estuvo más bien puesto en los beneficios que esto tendría para el marketing de productos, sin duda tiene un trasfondo más profundo. En palabras del co-autor Ayelet Fishbach:

"Creo que la comida es poderosa porque es algo que ponemos en nuestros cuerpos y necesitamos confiar en él para hacerlo. Espero que nuestra investigación sea utilizada para conectar a personas y facilitar la resolución de conflictos."

Esto explicaría que algunos de los mejores momentos con amigos han sido entorno a una mesa, picnic o simplemente picoteo rápido mientras hablamos sin parar.

2. Somos malos jueces de la amistad

Por muy triste que suene, una investigación reciente revela que sólo la mitad de tus amistades te considera su amigo.

"Resulta que somos muy malos juzgando quiénes son nuestros amigos. Y nuestra dificultad en determinar la reciprocidad de la amistad limita significativamente nuestra habilidad de involucrarnos en situaciones de cooperación. Aprendimos que no podemos confiar en nuestros instintos o intuición".

Erez Shmueli, co-autor del estudio

La investigación, publicada en PLoS One en marzo pasado, fue llevada a cabo por la American Friends of Tel Aviv University en conjunto con el Massachusetts Institute of Technology.

3. Amistad entre hombres y mujeres: el debate final

O al menos eso esperamos, ya que el tema parece bastante repetitivo luego de ver cientos de capítulos de Dawson's Creek (aunque te duela admitirlo), Friends y toda esa sección de películas románticas con final predecible.

De acuerdo a un estudio de Heidi M. Reeder, publicado en el Journal of Social and Personal Relationships en el año 2000, uno de los problemas al pensar si puede existir la amistad entre hombres y mujeres es que "la atracción es típicamente tratada como un concepto unidimensional".

En este sentido, la científica identificó cuatro tipos distintos de lazos relacionales entre amigos:

• Atracción objetivamente física/sexual.
• Atracción subjetivamente física/sexual.
• Atracción romántica.
• Atracción de amistad.

Por lo tanto, y bajo este prisma, sí podría existir una relación meramente amistosa entre machos y féminas, pero pasando por distintas etapas y sensaciones a lo largo del tiempo y por parte de ambos. Eso sí, el último tipo de lazo relacional es el que sostiene el vínculo y que debería predominar.

4. Homofilia de género o cómo elegimos a nuestros amigos

La verdad es que el mundo de la amistad resulta fascinante, tanto para quienes gozan de sus beneficios como para aquellos científicos que se dedican a entender sus dinámicas. En este sentido, la semejanza surge como un predictor relevante de la calidad de este tipo de relaciones. Es decir, una homofilia (gusto por lo similar) e incluso una más específica: homofilia de género (una atracción hacia las personas del mismo sexo, muy común durante la infancia y adolescencia).

Un ejemplo: hace unos años Angela Bahns (Wellesley College, Massachusetts) realizó un estudio, publicado en Group Processes & Intergrupo Relations, que reveló que cuando las personas tienen la opción de elegir amigos de un grupo amplio y diverso, tienden a elegir a personas similares a ellos.

Según la académica:

"El hallazgo irónico es que en entornos más diversos encontramos amistades menos diversas".

Asimismo, el doctor David Frederick de Chapman University, quien realizó un estudio similar en grupos de mujeres y hombres heterosexuales, homosexuales y bisexuales, agregó:

"Nuestro estudio apoya la idea de que la amistad satisface muchas necesidades importantes en nuestras vidas [como] la necesidad de crear un lazo con alguien como nosotros en algunos casos y distinta a nosotros en otros, tener alguien a quien llamar para encontrar tranquilidad en tiempos turbulentos, y a alguien con quien podemos compartir experiencias memorables".

5. Hacer amigos en la adultez tiene truco

Si eres de ese grupo de personas que ha hecho un cambio importante en su vida durante la adultez como trasladarse de ciudad (país), separarse de su pareja o simplemente vivir circunstancias que te dejan un poco solo, entonces aquí te entregamos algunos trucos para hacer amigos nuevos. No es tan fácil como en el colegio o la universidad, pero vale la pena intentarlo:

• Conviértete en una cara familiar. Múltiples estudios, como el del psicólogo Harry Reis (Universidad de Rochester), indican que la familiaridad genera atracción. Es decir, mientras más interactuamos más nos gustamos como amigos.
• Logra conversaciones profundas, no sólo de pasillo. La clave no es simplemente interactuar, sino que llegar a niveles más íntimos. Esto indica la investigación de Arthur Aron (Universidad de Stony Brook), quien hizo que un grupo de extraños se hiciera preguntas, de las más generales a las más personales: "Cuando se abren entre ellos, se sienten más cercanos entre sí y sienten una mayor satisfacción con la relación".
• La soledad está en tu cabeza. Lo de 'serlo y también parecerlo' parece aplicar también en el caso de las relaciones sociales. "Cuando las personas se sienten solitarias, su cerebro entrar en modo de autopreservación", dice el investigador John Cacioppo. Entonces lo mejor es mentalizarse, cambiar la actitud y erradicar los pensamientos negativos, lo que –según estudios del mismo académico—cambia la percepción que otros tienen de ti y, por ende, aumenta las oportunidades de contacto social.

6. Buena dieta, actividad física y amistad, la fórmula saludable

Sí, ir al gimnasio está bien. Comer sano incluso mejor. Pero, ¿sabías que las interacciones sociales también son un factor clave para tu salud? Según un estudio de la Universidad de North Carolina en Chapel Hill (EEUU), mientras más lazos sociales tienen las personas a una temprana edad, mejor es su salud al comienzo y al final de sus vidas.

El vínculo va tan lejos que los académicos identificaron relaciones claras entre una buena red social y una menor tendencia a sufrir obesidad abdominal, inflamación y alta presión sanguínea.

En palabras de los expertos:

"Motivar a los adolescentes y jóvenes a construir amplias relaciones sociales y habilidades sociales para interactuar con otros debería ser tan importante como comer sano y ser físicamente activo".

7. El mundo de la amistad no conoce de presiones

¿Y si eres de esas personas que realmente no tiene fijación alguna con el hecho de crear vínculos de amistad?, ¿eres raro, acaso? No, en lo absoluto. Según Laura Carstensen, profesora de Psicología en la Universidad de Stanford, "si las personas no son muy activas socialmente y no están necesariamente interesadas en expandir sus redes sociales, y parecen bien emocionalmente, entonces no deberían sentirse alarmadas".

De hecho, es posible tener demasiadas redes sociales. Esto ocurre básicamente cuando el hecho de mantener tantas interacciones es sinónimo de más responsabilidad y, a su vez, de ansiedad.

En este sentido, Carstensen puntualiza:

"No deberíamos juzgar a las personas que dicen 'No soy muy fiestero, no quiero hacer amigos, no quiero pasar el rato en bares o pubs' – eso está bien. Existe muchísima gente que se siente igual".

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Todas las imágenes: Shutterstock.

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